Visión en animales domésticos
Los humanos siempre han sido inquisitivos respecto de qué tan bien ó cuánto es que los animales pueden ver. Esto relata que los humanos están tan visualmente orientados que asumen que los animales viven en el mismo mundo sensorial. En realidad, muchos animales tienen un mundo sensorial que está ampliamente expandido más allá del de los humanos. Las preguntas más frecuentes a las cuales el veterinario es sometido respecto de la visión animal son las referidas a la percepción del color y a la agudeza visual.
Los cachorros no son precoces y tienen un desarrollo incompleto del sistema visual, evidente en primer lugar por el anquiloblefarón fisiológico que está presente hasta los 10-14 ds post-parto. Los reflejos fotomotores pupilares están presentes al abrir los párpados pero son lentos y exhiben lo que se denomina hippus (dilatación y constricción alternada). El reflejo de amenaza y las reaaciones visuales no están presentes hasta las 4 semanas post-parto.
Por necesidad los veterinarios equiparan la visión en los animales con su experiencia visual humana, y es probablemente justo decir que esto no hace justicia al mundo visual de los animales.
El perro obviamente tiene un umbral de percepción de la luz más bajo que el de los humanos basado en una retina con predominio de bastones, la rodopsina característica que funciona en condiciones de poca luz y la presencia de un tapetum. El tapetum, además de realzar la luz, también representa un factor de dispersión de la luz que va en detrimento de la resolución. Se cree que la visión en los perros es sensible al movimiento por el predominio de bastones en la retina y probablemente debido a la visión en banda horizontal. Los perros no funden los parpadeos individuales de luz hasta los 70 ó más ciclos/seg (Hz), y ésta es la razón que explica porqué los perros no miran televisión. La televisión es de 60 hz y y un perro la vería como cuadros individuales más como una fusión de imágenes.
El campo visual de los perros varía entre las razas, basado en la longitud de la nariz y cuán frontales están los ojos. El campo visual total es de 240-250º, siendo hasta 60º el campo binocular. La agudeza visual, capacidad de discriminar entre objetos, requiere que el objeto sea enfocado en la retina. Muchos perros evaluados resultaron ser emetropes, sin embargo la miopía y la hipermetropía han sido encontrados y podría ser una predisposición racial. La agudeza visual del perro dada con la Tabla de Snellen es cercana a 20/65-20/85 y varía significativamente con la metodología empleada. Se dice que la acomodación en el perro es tan sólo de 2-3 D.
Los perros son similares a los humanos con deuteranopia ( ceguera parcial de los colores verde y rojo), disciernen colores del espectro azul y amarillo y son ciegos a los colores rojo y verde.
El tapetum felino tiene un alto contenido de riboflavina, que produce el color amarillo y la fluorescencia tapetal. La cantidad de luz reflejada es una función del color, reflejando con el tapetum amarillo más del 50 % de la luz y con el tapetum verde el 50 %. La cantidad de luz requerida para la visión en los gatos es 5.5 a 7 X menos que en los humanos. Esto es facilitado por el tapetum y la gran córnea que permite la llegada de más luz a la retina. Los gatos tienen un gran campo binocular de aproximadamente 130 º, con un campo monocular total de 200º y un campo visual total de 287º. El gato tiene un gran cristalino que está posicionado profundamente en el ojo para producir una pequeña pero concentrada imagen en la retina. El poder de acomodación en los gatos es muy variado y va desde 4 a 11 D. Cualquiera que haya observado cuando un gato sigue a un insecto que aparece repentinamente en la pared creerá que tiene un buen poder de acomodación. Sorpresivamente, la discriminación visual en el gato es menor que la del perro, siendo alrededor de 20/100, pero la sensibilidad a la luz es mejor. La visión de color en los gatos también tienen reportes variables pero es probablemente parcial, con debilidad en distinguir el amarrillo del verde.
Los caballos son funcionalmente precoces al momento del nacimiento y su sistema visual refleja esto al compararlo con un perro. Los potrillos tienen el reflejo de amenaza aproximadamente a los 5 días post parto, y todos tienen reflejos fotomotores pupilares al día 1. En los caballos la agudeza visual se ha calculado en 20/35 a 20/60. La mayoría de los caballos son emétropes, con cantidades de leve hipermetropía y miopía encontradas. Debido a que el caballo tiene tan sólo cerca de 1 D de acomodación, teorías tempranas sobre cómo éstos animales enfocan objetos a diferentes distancias se basaron en la teoría de la “retina en rampa”. Ésta está basada en la forma del globo ocular equino que se supone produce diferentes longitudes focales para la luz en diferentes ángulos, con la luz axial representando la longitud focal más corta y la luz ventral ( desde el piso) la longitud focal más larga. Ésta teoría se usa para explicar porque los caballos mueven la cabeza para ver diferentes objetos. Algunos autores descartaron ésta teoría. Otros trabajaron evaluando la posición de la cabeza, campos visuales y agudeza visual de los caballos, y encontraron que la visión binocular está presente sólo hacia el frente y bajo la nariz pero no hacia delante de la cabeza estando con la nariz baja. Por lo tanto, cuando se encuentran pastando la visión binocular es hacia la tierra con la visión periférica dando una visión panorámica del horizonte lateralmente. Si un objeto de interés aparece a la distancia, los caballos suben su cabeza para mirar bajo su nariz al objeto con visión binocular. Los caballos probablemente tengan una visión dicromática careciendo la habilidad de ver el color verde.
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